Hasta ahorita nada va bien conmigo. El dolor en el cuerpo quema más que el frío de este invierno. No soy Atlas, pero de un momento a otro, cargo al mundo sobre mi espalda. Mi dermatitis se ha expandido por todo mi torso, tengo llagas por todos mis brazos, mi pecho, mi estomago, mi espalda, mi cuello. Son el reflejo de las cicatrices que llevo en el alma. Cada punto rojo es una lágrima que sigo llorando. Pensé que llegaría un punto que me secaría de tanto llorar, sin embargo, lloro a diario, lloro a cada instante y no veo hasta cuándo me volveré una piedra sal. Esta muerte lenta se hace inmortal. Me duele tanto. Quisiera que el tiempo se detuviera, quisiera morir ya. No estoy bien. Esta soledad tan sola me ha quitado el hambre, me ha quitado las ganas de reír, de vivir. ¿Por qué duele tanto? ¿Qué hice para merecer este castigo? ¿Por qué mi corazón no se detiene? Sigo despertando con lágrimas en los ojos, sigo extrañándolo, sigo amándolo más que ayer y no puedo sacarlo de mi mente. Quisiera correr hacia sus brazos, colgarme de su cuello como una niña chiquita. Quisiera regresar el tiempo. Quisiera amanecer, de nuevo, a su lado. Quisiera que sus besos me despertaran y que me regañara por destruir su cuarto. Quisiera despertar y darme cuenta que todo esto ha sido un mal sueño.
martes, 21 de diciembre de 2010
sábado, 18 de diciembre de 2010
I am a dreamer
He llegado a mi casa. He pasado la semana más triste y difícil de mi vida. No puedo con el dolor. Lo extraño tanto. Mi corazón está partido en mil pedazos. Quisiera correr a sus brazos y decirle que lo amo, que él no es una mala persona, que él merece ser amado y que yo necesito amarlo. Mi felicidad está a su lado y sé con certeza que no está en otra parte. No pierdo la esperanza, sigo soñando con él, y sigo soñando nuestro sueño. No creo todo lo que dice, no creo que se haya puesto una máscara durante cinco años y hasta ahora me haya mostrado su verdadero rostro. Sus ojos nunca me mintieron, su cuerpo nunca me engañó, sus besos fueron sinceros. Yo lo conozco y sé que no es una mala cosa para ser amada. Esperaré. Seguiré esperando su regreso. No quitaré su fotografía de mi recamara, ni de este espacio, no quitaré el dedo de la llaga porque sé que él es perfecto para mí. Que no necesito a nadie más. Todas las noches le he pedido al lucero que no me aparte de él. Le he pedido a la luna que le cuente de mí, de mis desvelos, de mis suspiros, de mis besos dirigidos a él. Le he suplicado al sol que le diga que lo amo. He despertado con lágrimas en los ojos pensando en él, deseando hablarle y recordarle que yo estaré para él. Ahí, sin más, sólo para él y por él. No me canso de soñar. No me cansaré y seguiré luchando por su amor. Aunque sé que es un necio de lo peor, voy a mantenerme en pie hasta recuperarlo.
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De mi be-vida preferida,
Té de amores
lunes, 13 de diciembre de 2010
Té amargo

Mis ojos se han secado de tanto llorar. El frío me ha calado un poco más, más que nunca, me duele en el alma. Me duele en el tuétano, en la punta del pie. Me duele el suspiro que me han robado. Cómo explicar tanto dolor, cinco años de golpe, cinco años encerrados en un cuento que no ha llegado con un final feliz. Mi cuerpo, ya marchito, no puede sostener el poco aliento que me queda. El mundo cayó sobre mi espalda, una espalda con una mariposa a medio volar. Una espalda que soporta la insoportable levedad del ser, del ser sin él, del ser y del existir, del vivir en un lugar fuera del universo, de la necesidad. Una espalda doblada por el dolor. Un dolor frío y amargo como el café que bebiste en un desayuno continental y los mil cigarros y tus años de juventud y tus años y tus amigos, y tus años y diecisiete vidas.
Creí que podría mantenerme en pie, pero ya lo ves, es imposible. Y la imposibilidad, la maldita imposibilidad de correr por ti, de decirte aquí estoy. Estoy sin ti y sin ti me muero. Me muero en una inmortable vida, las consecuencias, como bien dices, han marcado el destino de mis actos. He merecido el dolor en mí, por ti. Creí poder atrapar al viento, pero el error está en creer, y esperar. Esperar una llamada, que tal vez, nunca llegará. Y saberme incapaz de borrar tu número de mi celular y el soní que anunciaba, de tirar miles de cartas con promesas sin cumplir y sueños rotos, de viajes sin hacer, de palabras tiradas al aire, de un paso a Durango y un único baile que supimos bailar. No he podido dejar de llorar, no he podido alejarte de mi mente, no he podido guardar osos, peluches, sueños y más sueños, y tu hora veinticinco. No he depositado los cuatros mil en una cuenta, con la esperanza, tal vez tonta, de darte más para nuestro castillo minimal que quedó a medio morir. No quiero decir adiós, me niego a decir adiós, no puedo decir adiós. ¿Por qué te crees dueños de mis decisiones? ¿Por qué crees saberlo todo? ¿Quién eres tú para decirme a quién amar y a quién no? Resulta que eres tú el dueño de mis desvelos, de mis suspiros que no me dejan respirar. Tú y nada más tú. Tú. Tú y yo, ya nadie más. Y yo decidí darte mi amor, tatué mis besos en tu espalda, y tú tatuaste tu nombre en mi cuerpo. Sin poder respirar sigo llorándote. Clavándote en mi corazón, espina por espina. Quisiera hablarte, pero la furia encerrada en tus cuatro paredes ha estallado, y no quisiera despertar al tigre que llevas en el pecho. Con el teléfono en mano muero en mi propia cruz, sufriendo en la espera de verte llegar. Sin embargo, las almas de metal, una vez sometidas, tienen que descansar. Esperar este maldito ritmo de vida sin ti.
Creí que podría mantenerme en pie, pero ya lo ves, es imposible. Y la imposibilidad, la maldita imposibilidad de correr por ti, de decirte aquí estoy. Estoy sin ti y sin ti me muero. Me muero en una inmortable vida, las consecuencias, como bien dices, han marcado el destino de mis actos. He merecido el dolor en mí, por ti. Creí poder atrapar al viento, pero el error está en creer, y esperar. Esperar una llamada, que tal vez, nunca llegará. Y saberme incapaz de borrar tu número de mi celular y el soní que anunciaba, de tirar miles de cartas con promesas sin cumplir y sueños rotos, de viajes sin hacer, de palabras tiradas al aire, de un paso a Durango y un único baile que supimos bailar. No he podido dejar de llorar, no he podido alejarte de mi mente, no he podido guardar osos, peluches, sueños y más sueños, y tu hora veinticinco. No he depositado los cuatros mil en una cuenta, con la esperanza, tal vez tonta, de darte más para nuestro castillo minimal que quedó a medio morir. No quiero decir adiós, me niego a decir adiós, no puedo decir adiós. ¿Por qué te crees dueños de mis decisiones? ¿Por qué crees saberlo todo? ¿Quién eres tú para decirme a quién amar y a quién no? Resulta que eres tú el dueño de mis desvelos, de mis suspiros que no me dejan respirar. Tú y nada más tú. Tú. Tú y yo, ya nadie más. Y yo decidí darte mi amor, tatué mis besos en tu espalda, y tú tatuaste tu nombre en mi cuerpo. Sin poder respirar sigo llorándote. Clavándote en mi corazón, espina por espina. Quisiera hablarte, pero la furia encerrada en tus cuatro paredes ha estallado, y no quisiera despertar al tigre que llevas en el pecho. Con el teléfono en mano muero en mi propia cruz, sufriendo en la espera de verte llegar. Sin embargo, las almas de metal, una vez sometidas, tienen que descansar. Esperar este maldito ritmo de vida sin ti.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Para mi viajero astral

Hoy es domingo. Un domingo de eso que calan hasta los huesos, que dejan un enjambre de sentimientos y dolor. He llorado como nunca. Me han alejado de lo que más atesoro en esta vida. Me he caído del cielo para estrellarme contra el pavimento. Las Moiras me han cortado los hilos y me han arrojado al Hades. En este domingo él tomó la decisión de apartarme de su vida. No lo puedo negar, la despedida ha sido hermosa, encerrada en un abrazo, que tal vez, duró una hora, para mí sólo un segundo y la esperanza de que fuera eterno. Me hubiera encantado morir ahí, morir entre sus brazos y viajar hacia un mundo nuevo. El argumento ha sido la monotonía, el desear algo mejor para mí, la promesa de no querer lastimarme, pero jamás la falta de amor.
Él no cree que pueda ser amado. Lo que él no sabe es que ya es amado. Lo amo con todo mi ser, con este ser lleno de sueños e ilusiones. Con este ser que no vive sin él. Hoy es un domingo triste, un domingo que me ha dejado con lagañas en los ojos. Hoy es un domingo que anunció el viaje del asceta, de mi viajero astral, de un hombre que desea estar solo porque no puede más. Espero que él sepa que yo estaré ahí al regreso de su viaje, esperándolo para seguir con nuestro camino. Este domingo triste, me ha dejado con un dejo de esperanza, mi sonrisa no se ha ido del todo. Mi corazón sigue latiendo y latirá por él y para él. Espero que su viaje le muestre el camino y lo traiga de regreso a nuestra casa, que ha quedado a medias, una construcción que anuncia algo latente. Algo que no ha muerto pero que necesita un respiro. Algo que necesita descansar por un rato, limpiarse por dentro.
Por el momento hay que dormir, esperar, descansar, dar tiempo al tiempo, respirar, dejar respirar para no morir ahogados. Espero que él sepa que yo estaré ahí con él para siempre. La sortija volverá a mí mano junto con sus caricias y sus labios. Porque en este domingo amanecí a su lado y me esperan más domingos para amanecer entre sus brazos. Te amo mi hombre kafkiano.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Kill Bill

Sólo porque mi amiga Roxana lo pidió y porque quiero que ella se quite la venda de los ojos y deje de decir que son películas raras, he aquí mi primera “crítica de cine”:
Para hacerlo más fácil, empecemos con Kill Bill de Quentin Tarantino y protagonizada por Uma Thurman (he puesto el soundtrack, que como la película es excelente y absolutamente recomendable, para inspirarme un poco). Kill Bill es una película no lineal, dividida en dos volúmenes con cinco capítulos cada uno. Esto puede sonar aburrido, pero es un gran método que han utilizado varios cineastas para contar la historia y mantener a la audiencia expectante. La historia narra la venganza de Beatrix Kiddo -la “novia”-, contra Bill (David Carradine) y contra los Deadly Viper Assassination Squad o DIVAS, grupo de asesinos formado por Bill, quienes matan con violencia a todos los invitados de una boda durante un ensayo en la capilla de una pequeña localidad del Paso, Texas

La influencia del cine asiático en Kill Bill va más allá de su trama y su estilo visual: Quantin Tarantino nos muestra una historia llena de acción y adrenalina, con escenarios insólitos y, a la vez, bellísimos, con una reflexión sobre vida y muerte, amor y odio. Su epopeya y trágica odisea de venganza se nutre de arquetipos, sintonías e historias ya contadas y vistas en multitud de ocasiones como el western y el comic oriental, sin embargo Tarantino las presenta con genialidad y una brutal experiencia, haciendo de Kill Bill, quizá, la mejor película de Tarantino.
Me quedo con una sola frase que resuelve el film: “La venganza es un platillo que se sirve frío”.
Adiós a la escuela

Ayer fue mi último día de clases de la maestría. La verdad me puse un poco sentimental, tal vez un poco más de lo que yo esperaba. Cuando dejé la prepa, fue triste, pero también fue liberador. Liberador porque estudié en la misma escuela desde el kínder hasta el último año de la preparatoria. No me puedo quejar, los mejores años de mi vida los pase en ese lugar de madrecitas, ahí conocí a mis mejores amigas. Cuando entre a la universidad por primera vez, fue muy emocionante, me excitaba la idea de conocer gente nueva. Sin embargo, convivir con la gente del Opus Dei se volvió algo cansado. Cuatro años viaje hacia Mixcoac, terminé la licenciatura en filosofía, de la cual no aprendí mucho, con una generación de doce personas, de las cuales me lleve un mal sabor de boca lleno de chismes y envidias. Lo único bueno que me dejó la UP fue a mi novio.
Ahora, después de un año de diplomado y dos de maestría, he terminado el posgrado en Santa Fe y no puedo evitar estar nostálgica. Voy a extrañar a mis maestros queridos, incluso extrañaré a Barrios, los días de angustia en los coloquios, el estrés en cada curaduría, a mis amigos y las increíbles pachangas que armábamos después de clases, los ladrillos rojos, los laberintos en la hermosa biblioteca Xavier Clavijero, los té chai del café sociaty, el cubo, el trébol, la cafetería de los pobres, a la secretaria, las risas en cada clase, las comiditas con artistas, los autorretratos de Mónica, el vinito en plena clase, el Big Yellow, a Pancho y las mariposas, a los fresas, a los freak, a la explanada, el tráfico en el estacionamiento y un montón de cosas más. Decir adiós a la Ibero me deja con un dejo de tristeza. Pero como este año me ha enseñado que B no sucede sin A, pronto estaré de regreso en mi querida Ibero.
Ahora, después de un año de diplomado y dos de maestría, he terminado el posgrado en Santa Fe y no puedo evitar estar nostálgica. Voy a extrañar a mis maestros queridos, incluso extrañaré a Barrios, los días de angustia en los coloquios, el estrés en cada curaduría, a mis amigos y las increíbles pachangas que armábamos después de clases, los ladrillos rojos, los laberintos en la hermosa biblioteca Xavier Clavijero, los té chai del café sociaty, el cubo, el trébol, la cafetería de los pobres, a la secretaria, las risas en cada clase, las comiditas con artistas, los autorretratos de Mónica, el vinito en plena clase, el Big Yellow, a Pancho y las mariposas, a los fresas, a los freak, a la explanada, el tráfico en el estacionamiento y un montón de cosas más. Decir adiós a la Ibero me deja con un dejo de tristeza. Pero como este año me ha enseñado que B no sucede sin A, pronto estaré de regreso en mi querida Ibero.
lunes, 6 de diciembre de 2010
Dulce bebida

Sin saber lo qué iba a pasar, te tomé por el torso y te besé. Tiré la moneda. Aposté por un camino. El aroma de tu suave caminar tremó mi cuerpo. La dulce melodía de tu voz confundió mi sigiloso andar. Entre velas y velos blancos, la danza prohibida abrió la puerta a un beso líquido. Llegaste con el viento. Siete sellos y siete pecados. Dulce tormento, azúcar en la sal, labios que rezan versos. Tiré la moneda, lancé una duda y terminé entre tus dedos. Cerré los ojos, las flores volaron, sin saber lo qué iba a pasar, te empecé a torturar. Suave delirio, tormento silencioso, mi lengua entre la tuya. Mi lengua en tu piel. Un viaje lejano y tu cabello enredado en mis manos. Las mariposas en el tiempo y un verso prometido desnudaron mi deseo. Por un instante fuimos fantasmas de la noche, cenizas de un fuego jamás encendido, fugitivos entre la gente, dos granos de arena ocultos en el mar. Las plumas volaron y las tintas chorrearon sangre y besos de un duelo sin despedida. Un beso en la mejilla, un adiós y la cara al aire. La moneda giro de bruces contra la máscara que oculta mi verdadero rostro. Un beso perdido, luna sin sol. Sueño prohibido, mi dulce bebida recuerda mis labios que ya no tocaran tus besos.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Iordache-Levay/ Swinburne
Y todo su rostro era miel para mi boca,
y todo su cuerpo, pasto de mis ojos;
los largos brazos ligeros y las manos más
cálidas que el fuego,
su costado tembloroso, el cabello con aroma
de sur,
los pies ágiles y claros, los espléndidos
muslos flexibles
y los brillantes párparados del deseo mi
alma.
Algernon Charles Swinburne
lunes, 29 de noviembre de 2010
Cinco minutos y mil horas de odio

Intenté por unos minutos analizar, reflexionar, meditar sobre una situación tan fastidiosa, que lo único que logré fue revolver más mi estomago y desencadenar mi bilis negra. Tal vez, esté exagerando, pero no lo puedo evitar, el coraje ya lo hice. Estuve todo el fin de semana distraída, alejada de lo que me rodeaba, tristona por el problema que tuve con mi papá, pensando y suspirando como idiota por él, añorando el lunes para escuchar su voz, para oírlo, para decirle cuánto lo extrañé. Y lo único que obtuve, fue una conversación – ¡vaya! ni conversación, mala gana de decir las cosas- de cinco minutos. ¿Por qué demonios la gente suele ser tan cruel? Qué ganas de romper en trocitos mis ilusiones y patear mi corazón por teléfono en menos de cinco minutos. Si no quería hablar conmigo porque estaba cansado, qué le costaba decírmelo. Me hubiera ahorrado el berrinche que estoy haciendo. Porque estoy haciendo un gran, gran berrinche. Lo odio. ¿Por qué a veces es tan cruel?, ¿por qué se da sus aires de grandeza?, ¿por qué siempre tiene la mala costumbre de olvidar esos pequeños detalles que hacen grandes las cosas? Y ahora lloro como estúpida –porque cuando lloro lo hago como estúpida- y estúpida que soy por aguantarlo. Hoy estuve esperando a que llegara la noche. Me emocioné cuando vi el cielo morado con esas pequeñas estrías anaranjadas y vi como el sol caí por la luna. ¿Todo para qué? Para que nuestra platica fuera de cinco minutos, cinco caprichosos minutos. Cinco minutos y veinte mil horas de odiarlo y seguirlo odiando. Y no me hubiera importado hablar con él, tan sólo, cinco minutos, sino que fueron los cinco minutos más desagradables del día. Sé que mañana por la mañana hablaré con él y él estará como si nada, él estará como si todo estuviera igual, y yo como estúpida –como la estúpida llorona y rogona que soy- estaré ahí perdonándolo como siempre. Sé que él estaba cansado por su viaje “obligado”, pero yo, yo necesitaba saber de él, escucharle, olvidarme de un fin de semana terrible en donde mi pie izquierdo pisaba el camino del derecho. En verdad me hizo tanta falta. Por lo que dedujo y aconsejo:
a) Los hombres, en particular el hombre de cada una, son unos idiotas. No merecen que una suspire, y mucho menos, llore por ellos. Es mejor dejar de verlos como príncipes y empezar a verlos como los sapos tontos que son. Olvidarse de los primeros meses de romanticismo y acostumbrarse a los cinco años de noviazgo llenos de monotonía. Y si una es fuerte, prepararse para los 35 años de casada con el hombre que le huele la boca, le apestan los pies y tiene un amigo caído.
b) Cuando se van de viaje, ya sea con amigos o de trabajo, es mejor no extrañarlos. Total, es 99% seguro que ellos no se acuerdan de nuestra hermosa carita. Por lo que recomiendo disfrutar de unas vacaciones sin ellos, salir con las amigas, tomar unos tragos, tener una cenita coqueta, ir a bailar, disfrutar de las cosas bellas que el mundo nos ofrece y no limitarse a una de ellas. Así, es 100% seguro que una no los extrañe, ni suspire por ello. La neta que aburrido ser una Penélope.
c) Es mejor no esperar nada de ellos. No hay que esperar, ni siquiera, una llamada. Es mejor no pensar en ¿qué le diré?, ¿qué me dirá? Recomiendo ir por un whisky con los amigos. Si llama, sólo le dices que un rato le devuelves la llamada y jamás le hablas, sólo, hasta que se te pegue la gana.
d) ¿Pensar en comprarle algún detalle para su regreso? Jamás, es mejor gastar el dinero en una, comprarse unos lindos tacones, una minifalda, una chamarra, una blusita, una bolsa, un juguete coqueto.
e) Escribir ridiculeces en un blog. No es recomendable para aquellas que no les guste el exhibicionismo. Pero es 100% catártico sobre todo después de una gran desilusión.
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Bebidas amargas y otros cuentos
domingo, 28 de noviembre de 2010
Un domingo sin ti

Hoy comprendí la tristeza que te causan los domingos. Hay soledad y melancolía. El gélido viento quema mi piel mientras el sol raspa mi rostro. No hay ruido en las calles, los cafés cierran temprano, las personas se despiden y los besos vuelan…y aún no llegas. Este domingo ha sido muy triste sin tu presencia, sin tu sonrisa y sin tus ojos que roban caricias. Extraño tu voz, extraño tu risa, extraño tus bromas, extraño los maullidos, extraño nuestro domingo de pizza, así como, también, extrañé nuestro sábado de películas y de besos locos. Hoy es domingo y sólo he recibido una llamada tuya. Espero impaciente otro mensaje que me indique a qué hora regresaras y que me diga que me extrañas como yo te extraño a ti. Ayer caminé sola entre tanta gente, entre Coyoacán y Universidad, entre mis amigas y puestos de añillos y baratijas, entre recuerdos de un beso de despedida en la Condesa y la esperanza de que el mundo gire deprisa. Te extraño y el celular no suena y hoy es domingo y el silencio de tu cuerpo ausente me hizo pensar en cuánto te amo y espero con impaciencia el lunes y el martes y el miércoles y el jueves y el viernes y quiero verte pronto. Quiero enredarte entre mis piernas y no dejarte ir de nuevo. Te extraño y hoy es domingo. Un domingo triste sin ti. Te mando un beso y espero que mis pensamientos cubran tu cuerpo con mi aroma.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Mango Tech

Mango Tech es una serie de grabados y xilografías producidas por Abel Barroso, artista cubano de finales del siglo XX y principios del XXI, la cual nos presenta teléfonos celulares atípicos con bluetooth, acceso a internet, mega pixeles para poder tomar fotos, agendas palm, computadoras de escritorio y laptops, impresoras, automóviles, relojes, etc. Mango Tech es una dulce ironía y una juguetona crítica hacia las repercusiones que ha tenido la tecnología en la vida de las personas; de cómo ésta es capaz de trasformar las relaciones interpersonales. La palabra Mango es una variante tercermundista y tropical de la reconocida marca Apple. En sus obras puede encontrarse todo un ensayo visual sobre los mecanismos de resistencia políticos, económicos y culturales de aquellos países que por razones diversas han quedado excluidos de las nuevas lógicas de distribución y consumo cultural.
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Arte en serie
martes, 23 de noviembre de 2010
Qué simpática manera de mandar a molestar a tu madre (segunda parte)

Qué simpáticos son los viejitos cascarrabias, sobretodo, cuando se enojan sin tener la razón.
Qué simpáticos son los borrachos cuando empiezan a contarte todos sus problemas amorosos, sobretodo, cuando empezabas a divertirte.
Qué simpáticas son las personas que saturan mi bandeja de entrada, sobretodo, con cadenas de paz y amor, de plegarias para los niños pobres, chistes tontos o cosas de autosuperación.
Qué simpático es que se vaya la luz en el preciso momento de querer ver la televisión, sobretodo, después de un día largo y lleno de trabajo.
Qué simpáticas son las personas que piden dinero, sobretodo, para el teletón.
Qué simpática es la señorita del banco que me ofrece cualquier tipo de seguro, sobretodo, cuando me lo dice TOOOOOOODO por teléfono.
Qué simpático es llevar a mi mamá a renovar su IFE, sobretodo, cuando ningún comprobante de domicilio tiene la dirección correcta.
Qué simpático es cancelar todos tus compromisos para ver a una persona, sobretodo, cuando te habla media hora antes de la cita para decirte que no podrá llegar.
Qué simpático que te descubran “tics nerviosos”, sobretodo, cuando crees no tenerlos.
Qué simpático es que lleguen tarde por ti, sobretodo, cuando ya estás bien peinadita y maquillada.
Qué simpáticos son los hombres que creen que todo gira a su alrededor, sobretodo, cuando son los más loser de la reunión.
Qué simpáticas las personas que me recomiendan que lea Crepúsculo y El código Da Vinci, sobretodo, cuando su argumento es: “Como tu estudiaste filosofía y (¿letras?) y ahora estudias arte, te van a gustar muchísimo estos libros”.
Qué simpática la gente que cree que filosofía y letras pertenecen al misma licenciatura, sobretodo, cuando creen que yo estudié filosofía y letras.
Qué simpáticas las personas que me ven cara de biblioteca, sobretodo, cuando me piden algún libro de J.J Benitez.
Qué simpáticos son los trasportes públicos de esta ciudad, sobretodo, cuando tienes que huir de los arrimones.
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Bebidas amargas y otros cuentos
lunes, 22 de noviembre de 2010
Qué simpática manera de mandar a molestar a tu madre

Qué simpáticos son los días que amanecen nublados y con pronóstico frío, sobretodo, cuando el frío termina a medio día y yo visto con un cuello de tortuga, un abrigo, botas, guantes y una bufanda.
Qué simpáticos son los consejos no pedidos. Aún más, las personas que se inspiran en darte un consejo no podido y, sobretodo, cuando creen tener la razón.
Qué simpáticos son los individuos que le dicen güerito (a) a las personas, sobretodo, cuando le dicen güerita a la mujer más morena del lugar.
Qué simpático es el mesero que me dice “amiga”, sobretodo, porque no lo conozco y jamás, jamás, será mi amigo.
Qué simpático es mi papá cuando hace sus reuniones familiares sin invitarme y, sobretodo, cuando deja la pila de trastes llenos de grasa en el fregadero.
Qué simpático fue quedarme sola en Quintana Roo, sin boleto de avión, sin pareja, sin amigos sobrios y, sobretodo, sin dinero para tomar un taxi para visitar a mi hermano que vive a cinco minutos del aeropuerto de Cancún.
Qué simpático es terminar una maestría en arte y, sobretodo, no conseguir un empleo en el mundo del arte.
Qué simpática la canción de Frank Sinatra Strangers in the night, sobretodo, cuando me recuerda una simpática cita a ciegas que tuvo mi novio con una simpática chica de RI.
Qué simpático es mi socio que administra nuestro negocio, sobretodo, cuando extrañamente el gana más que yo.
Qué simpático es hacer las conclusiones de una tesis, sobretodo, cuando ya se te secó el cerebro.
Qué simpático escribir en un blog, sobretodo, cuando nadie te lee.
Qué simpático es tener que ahorrar, sobretodo, cuando se aproxima navidad, hay que pagar dos colegiaturas de maestría más, pagar tarjetas de créditos y pagar los prestamos de la construcción.
Qué simpáticos son mis hermanos cuando me convierten en la niñera de sus hijos, sobretodo, cuando tengo mil cosas que hacer.
Qué simpáticas son las personas que llaman a mi celular cuando ya estoy durmiendo, sobretodo, cuando marcan número equivocado.
Qué simpática la chica de ingeniería que me explicó qué era la filosofía REALMENTE, sobretodo, cuando yo estudié cuatro años filosofía.
Qué simpáticas son las personas que me preguntan por Aristóteles, sobretodo, cuando saben que ya murió o ¿no lo saben?...qué simpático.
Qué simpáticas las personas que me preguntan: …y ¿qué cuenta Mónica Castillo?..., sobretodo, cuando me da ganas de contestarles “…no sé cabrón, pregúntale tú.”.
Qué simpáticas son las personas que van al cine y preguntan todo, hablan por celular, aplauden, sobretodo, cuando están a mi lado.
Qué simpáticas son las personas que manosean mi ipod, sobretodo, cuando le cambian a la canción que estoy escuchando.
Qué simpático es tener migraña, sobretodo, cuando ya llevas tres horas en el tráfico.
Qué simpática mi hermana y mi prima cuando se ponen mi ropa, sobretodo, sin mi permiso.
Qué simpático es escribir esto, sobretodo, cuando tengo que entregar las conclusiones de mi tesis.
Qué simpáticos son los consejos no pedidos. Aún más, las personas que se inspiran en darte un consejo no podido y, sobretodo, cuando creen tener la razón.
Qué simpáticos son los individuos que le dicen güerito (a) a las personas, sobretodo, cuando le dicen güerita a la mujer más morena del lugar.
Qué simpático es el mesero que me dice “amiga”, sobretodo, porque no lo conozco y jamás, jamás, será mi amigo.
Qué simpático es mi papá cuando hace sus reuniones familiares sin invitarme y, sobretodo, cuando deja la pila de trastes llenos de grasa en el fregadero.
Qué simpático fue quedarme sola en Quintana Roo, sin boleto de avión, sin pareja, sin amigos sobrios y, sobretodo, sin dinero para tomar un taxi para visitar a mi hermano que vive a cinco minutos del aeropuerto de Cancún.
Qué simpático es terminar una maestría en arte y, sobretodo, no conseguir un empleo en el mundo del arte.
Qué simpática la canción de Frank Sinatra Strangers in the night, sobretodo, cuando me recuerda una simpática cita a ciegas que tuvo mi novio con una simpática chica de RI.
Qué simpático es mi socio que administra nuestro negocio, sobretodo, cuando extrañamente el gana más que yo.
Qué simpático es hacer las conclusiones de una tesis, sobretodo, cuando ya se te secó el cerebro.
Qué simpático escribir en un blog, sobretodo, cuando nadie te lee.
Qué simpático es tener que ahorrar, sobretodo, cuando se aproxima navidad, hay que pagar dos colegiaturas de maestría más, pagar tarjetas de créditos y pagar los prestamos de la construcción.
Qué simpáticos son mis hermanos cuando me convierten en la niñera de sus hijos, sobretodo, cuando tengo mil cosas que hacer.
Qué simpáticas son las personas que llaman a mi celular cuando ya estoy durmiendo, sobretodo, cuando marcan número equivocado.
Qué simpática la chica de ingeniería que me explicó qué era la filosofía REALMENTE, sobretodo, cuando yo estudié cuatro años filosofía.
Qué simpáticas son las personas que me preguntan por Aristóteles, sobretodo, cuando saben que ya murió o ¿no lo saben?...qué simpático.
Qué simpáticas las personas que me preguntan: …y ¿qué cuenta Mónica Castillo?..., sobretodo, cuando me da ganas de contestarles “…no sé cabrón, pregúntale tú.”.
Qué simpáticas son las personas que van al cine y preguntan todo, hablan por celular, aplauden, sobretodo, cuando están a mi lado.
Qué simpáticas son las personas que manosean mi ipod, sobretodo, cuando le cambian a la canción que estoy escuchando.
Qué simpático es tener migraña, sobretodo, cuando ya llevas tres horas en el tráfico.
Qué simpática mi hermana y mi prima cuando se ponen mi ropa, sobretodo, sin mi permiso.
Qué simpático es escribir esto, sobretodo, cuando tengo que entregar las conclusiones de mi tesis.
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viernes, 19 de noviembre de 2010
Sangrienta obsesión

Tengo una fuerte obsesión con los vampiros, la cual no surgió a partir de la ñoña y aburrida saga de Twilight. Sin embargo, mi obsesión puede ser un poco ñoña, ya que me gustan los vampiros ñoños, y no precisamente hablo de Edward Cullen, quien me parece el vampiro más aburrido y feo de los vampiros ñoños. Me gustan los vampiros sexis e inocentes como Louis de Pointe du Lac en Entrevista con el vampiro o Bill Compton de True Blood o, el más ñoño de los ñoños, Stefan Salvatore en The vampire diaries. Y es que, hay un cierto romanticismo en los vampiros "buenos" que es demasiado seductor. Lo sé y lo reconozco, tal vez, sean más sexis Damon Salvatore o Eric Northman. Sin embargo, creo que, la maldad y la bondad en un hombre y, sobretodo, en un vampiro son dos combinaciones perfectas. Me encanta saber que el hombre con quien estoy es un cabrón de lo peor, pero a la vez, es el hombre más dulce y tierno conmigo. Me encantaría robarle un beso a un vampiro, ser su musa, ser una Elena o una Sooki.
Además, me gustan los juegos de mordidas, por eso no dudaría en dejar pasar a un vampiro sediento a mi casa. Le suplicaría que me convirtiera en vampiro para morder todo cuello hermoso que se me presente, bañarme en el líquido sanguíneo de cualquier criatura hermosa y dejar mis dientes impregnados en su piel. 
Janne Pitkänen
jueves, 18 de noviembre de 2010
Roja como tomate

La semana pasada me presente en dos coloquios sobre arte. Me di cuenta que aún me sigo poniendo nerviosa. No lo puedo evitar, mi pálida piel se sigue tornando roja cada vez que tengo que hablar frente a un auditorio de más de veinte personas. Una hora antes de presentarme ante una audiencia, que considero exigente, siento que mis manos empiezan a mojarse y mi estomago empieza a revolotear como si estuviera en un juego de té. Cuando llega el momento de hablar, la sangre me hierve y, poco a poco, se traslada desde mis pies hasta mi cabeza, para concentrarse en mi rostro. Recuerdo que, cuando estaba en la licenciatura tenía un profesor que le encantaba molestarme. Cada vez que me preguntaba algo me decía: “Ponte roja y contéstame…”. En ese instante me volvía tomate. Desearía no ponerme nerviosa. Pero es imposible. Ciertamente, me gusta ponerme como tomate porque creo que me veo linda y a todo mundo le gusta como mi piel cambia de color de un momento a otro; algunas personas me han dicho que cuando me vuelvo tomate me veo más inocente y tierna. No está padre ser una persona nerviosa y, tal vez, no esté padre volverse tomate. Creo que, más bien, merezco unas vacaciones en la playa para que el sol pinte mi blanca piel de rojo, y pueda relajarme después de una semana llena de coloquios.
martes, 16 de noviembre de 2010
Strawberry Tea con Nido de Quetzalcoatl

Terminado Woodstrock, la sensación de fresas líquidas en mi lengua bailó con el gélido sabor de un sueño convertido en quimera. La charla interminable sobre una serpiente como hogar no dejaba cabida para algo más. Tessy y yo seguíamos asombradas por la cantidad de luz, laberintos, colores, sombras, diseños, dientes, pasadizos, y ventanales con vista
a un bosque en medio de una ciudad. Después de un gran recorrido hacia el norte de la capital, un desvio hacia los cipreses que nos llevó a los Remedios y nos regresó por un santo de nombre Mateo, de subir y subir cerros con castillos urbanos nos topamos, por fin, con el Nido de Quetzalcoatl: una serpiente de colores en medio de un fraccionamiento que se encontraba dentro de otro fraccionamiento. Gracias a un policía, y no a google maps, descubrimos que el Hábitat Orgánico del arquitecto Javier Senosiain se encontraba, efectivamente, en la calle de los Remedios en el inmenso laberinto de Paseos del Bosque.
El delicioso sabor de mi strawberry tea no se comparaba con la placentera visita a ese monumental diseño arquitectónico. La maravillosa bioarquitectura de este complejo habitacional en forma de serpiente cautiva los sentidos de quien la visita y, aún más, de quien vive en ella, ya que ahí se percibe una a
rmonía entre el hombre, sus necesidades y su ambiente natural. Nos explicaron que el terreno era, aproximadamente, de 5,000 m2, en medio de una cañada con encinos. Los locatarios y dueños del fraccionamiento decidieron respetar el área verde, aprovechando pendientes y depresiones para dejar libre un 98% de áreas verdes. El nido está construido con ferrocemento, una estructura formada por una malla interior de acero a la que se recubre después con cemen
to, lo que permite dar a la construcción un tratamiento casi escultórico. Todo ello, sin despreciar en absoluto las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías constructivas en cuanto a la obtención de confort en el espacio habitable. En este sentido, la obra de Senosiain puede enmarcarse dentro de los principios generales de la arquitectura orgánica, relacionándola con los planteamientos de Frank Lloyd Wright. Pero, por otra parte, el tratamiento que da a la epidermis de muchas de sus edificios, la búsqueda constante de la sorpresa y la apelación a la imaginación, el amplio repertorio de formas y el empleo habitual de las línea curva conectan también las obras de este artista mexicano con las que realizase en España Antonio Gaudí a
comienzos del siglo XX.
Si quieres visitar este maravilloso lugar dirígete rumbo a Satélite ubicado en Naucalpán, Estado de México, ahí busca la avenida López Mateos en dirección Cd. Brisas y Alcanfores. Toma el camino que te lleva a Cd. Brisas, tendrás que subir y subir hasta encontrar el fraccionamiento Paseos del Bosque, ahí pregunta por los departamentos de Javier Senosiain, ellos te indicaran que se encuentra en la calle de los Remedios. Si tienes problemas para entra llama al teléfono que se encuentra en la entrada y di que quieres rentar un departamento. Ahí te recibe el jardinero quien al final del día se vuelve el mejor guía turístico.

El delicioso sabor de mi strawberry tea no se comparaba con la placentera visita a ese monumental diseño arquitectónico. La maravillosa bioarquitectura de este complejo habitacional en forma de serpiente cautiva los sentidos de quien la visita y, aún más, de quien vive en ella, ya que ahí se percibe una a



Si quieres visitar este maravilloso lugar dirígete rumbo a Satélite ubicado en Naucalpán, Estado de México, ahí busca la avenida López Mateos en dirección Cd. Brisas y Alcanfores. Toma el camino que te lleva a Cd. Brisas, tendrás que subir y subir hasta encontrar el fraccionamiento Paseos del Bosque, ahí pregunta por los departamentos de Javier Senosiain, ellos te indicaran que se encuentra en la calle de los Remedios. Si tienes problemas para entra llama al teléfono que se encuentra en la entrada y di que quieres rentar un departamento. Ahí te recibe el jardinero quien al final del día se vuelve el mejor guía turístico.
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Arte en serie,
Un sorbo de té
jueves, 11 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
Paz-Uelsmann

Mis manos
abren la cortina de tu ser
te visten con la desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo
Octavio Paz
Arte y diseño

Desde hace tiempo quería escribir esta entrada. Todo surgió porque creo que hay una fuerte necesidad de incluir al diseño dentro del campo de las artes. El diseño, desvinculado del marco histórico, presenta en la actualidad una diatriba acerca de si es un arte o un oficio, pues existen algunos diseñadores que transitan en el campo del arte con facilidad y muchos otros que no lo hacen. Hoy en día, pareciera estar bien separado el hecho de que el fin último del arte y del diseño, así como su metodología y consideraciones, son muy diferentes, aun cuando veamos como artísticos algunos diseños. Sin embargo, creo que cada vez los diseñadores gráficos, de modas, industriales y de interiores se ven más comprometidos con los problemas de estilo y estéticos. Se han ido alejando, poco a poco, del gremio artesanal. El diseño es fruto del aporte del arte, de las consideraciones estéticas de su época y de la capacidad de crear formas, imágenes, conceptos y objetos con finalidades específicas. A pesar de que el arte responda a procesos aparentemente diferentes, las herramientas básicas de trabajo coinciden: articulan sus imágenes con los mismos medios (color, forma, materia, concepto, símbolo, etc.) y los creadores deben hacerlo con el máximo de imaginación y creatividad, aunque el fin último de ambos sea diferente.

Un ejemplo de un artista-diseñador es la mexicana Karla de Lara. Tras estudiar Diseño Gráfico e Industrial, Karla partió a Florencia para estudiar Artes Plásticas. De regreso a México, Karla montó un taller de alfarería para hacer sus propios diseños. Su obra empezó a exportarse a galerías, tiendas de decoración y mueblerías de Europa y EUA. Gran parte de su éxito se lo debe a que nunca ha perdido la línea que separa el arte de la decoración interior.
Así como Karla de Lara hay muchos diseñadores que cada vez más se colocan en el ámbito del arte.
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Arte en serie
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Rebis


Se me antoja mandarle un beso y decirle te amo. Esperé a que él me llame y le contaré mi día entero. Le diré que quiero las paredes beige y llenar mi castillo, en diciembre, de navidad.
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De mi be-vida preferida
viernes, 29 de octubre de 2010
Spartacus. Blood and sand

martes, 26 de octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
Nacida bajo el signo de Saturno

En mi primera clase de la maestría aprendí que desde la tradición pitagórica, varios autores se interesaron en el estudio de los cuatro humores o temperamentos (sangre –sanguino-, flema o linfa –flemático-, bilis amarilla -colérico -y bilis negra –melancólico-). En ese momento descubrí que había sido “maldecida” o bendecida por el dios Saturno. Mi maestra, gran conocedora de la alquimia y mística, sobre todo en la interpretación artística, me dijo que mi carta astral estaba protegida por el planeta Saturno, quiere decir que soy melancólica. No lo podía creer (bueno, sinceramente ya lo sospechaba, no era normal tener ciertas habilidades, manías, complejos, diferentes a mis padres y a mis hermanos). Primero me asuste porque según lo que decían las lecturas, la melancolía era una enfermedad provocada por el desequilibrio humoral a favor de la bilis negra (lo reconozco a veces estoy súper contenta y en otros momentos me da por ser jarrito de Tlaquepaque, la culpa es por el día 28 y los días lluviosos, pero no soy bipolar, eso lo tengo bien clarito). Además, un librito decía que dicha enfermedad era nefasta no sólo para el individuo afectado por ella sino para la sociedad en su conjunto (ahora resulta, me dije, soy un problema para la sociedad), ya que el melancólico poderoso solía convertirse en un poderoso tirano (“aleluya, por fin algo bueno, voy a conquistar el mundo”, eran mis pensamientos perversos, sin embargo la contradicción estaba ahí. Me pedían ser parte del consejo técnico de la sociedad de alumnos, y me dio pánico escénico, así que me negué y deje a un lado mis propósitos tiránicos. Aunque aún lo pienso: soy una pequeña tiránica, o una tiránica en potencia.).
Conforme leía me daba cuenta que no estaba nada mal ser una melancólica, al contrario traía muchos beneficios. Aristóteles lo dijo con claridad: “los hombres melancólicos son hombres curiosos, disconformes e inquietos, héroes como Hércules, y descubridores o creadores revolucionarios en el campo de la poesía y de la filosofía como Empédocles, Sócrates y Platón (ahí comprendí por qué carajos me dio por estudiar filosofía); eminentes son todos los melancólicos, no por enfermedad sino por naturaleza”. Después otros necios decían que los melancólicos por venir de la bilis negra son malos, malvados, malignos, maléficos (otra vez, me dije, está padre ser la mala del cuento) de nuevo, un peligro para la paz del estado. Tales vaivenes convergen todos hacia una imagen funesta de la deidad planetaria que resultaba asociada a la melancolía y a la pereza (eso sí, soy bien floja y me gusta dormir y dormir), vicios hacia los que se consideraba naturalmente inclinados a los nacidos bajo el signo de tan desastrado planeta. Pero Ficino…oh Ficino, trajo de nuevo o la luz. Para él el temple de la tristeza melancólica es la inspiración poética, por ende, un estado de ánimo unido a la creación en un ALTO sentido. Apoyado en Ficino, el mago Cornelio Agrippa dijo que los nacidos bajo el signo de Saturno tenían el temple que impulsa el alma humana hacia el descubrimiento y la contemplación de las verdades más elevadas a partir de una fase imaginativa, una fase racional, y por último, una fase de melancolía mental.
Sea lo que sea, sigo la frase aristotélica llevada a la modernidad “Nada con exceso, todo con medida”. Seguiré el camino de mi planeta regidor, seré un poco maliciosa, tiránica y perezosa, pero también llevaré mi espíritu melancólico al mundo de las humanidades. Tal vez, descubra el artista que llevo dentro.
Conforme leía me daba cuenta que no estaba nada mal ser una melancólica, al contrario traía muchos beneficios. Aristóteles lo dijo con claridad: “los hombres melancólicos son hombres curiosos, disconformes e inquietos, héroes como Hércules, y descubridores o creadores revolucionarios en el campo de la poesía y de la filosofía como Empédocles, Sócrates y Platón (ahí comprendí por qué carajos me dio por estudiar filosofía); eminentes son todos los melancólicos, no por enfermedad sino por naturaleza”. Después otros necios decían que los melancólicos por venir de la bilis negra son malos, malvados, malignos, maléficos (otra vez, me dije, está padre ser la mala del cuento) de nuevo, un peligro para la paz del estado. Tales vaivenes convergen todos hacia una imagen funesta de la deidad planetaria que resultaba asociada a la melancolía y a la pereza (eso sí, soy bien floja y me gusta dormir y dormir), vicios hacia los que se consideraba naturalmente inclinados a los nacidos bajo el signo de tan desastrado planeta. Pero Ficino…oh Ficino, trajo de nuevo o la luz. Para él el temple de la tristeza melancólica es la inspiración poética, por ende, un estado de ánimo unido a la creación en un ALTO sentido. Apoyado en Ficino, el mago Cornelio Agrippa dijo que los nacidos bajo el signo de Saturno tenían el temple que impulsa el alma humana hacia el descubrimiento y la contemplación de las verdades más elevadas a partir de una fase imaginativa, una fase racional, y por último, una fase de melancolía mental.
Sea lo que sea, sigo la frase aristotélica llevada a la modernidad “Nada con exceso, todo con medida”. Seguiré el camino de mi planeta regidor, seré un poco maliciosa, tiránica y perezosa, pero también llevaré mi espíritu melancólico al mundo de las humanidades. Tal vez, descubra el artista que llevo dentro.
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Arte en serie,
De mi be-vida preferida,
Mi ego y yo
jueves, 21 de octubre de 2010
Otoño

Este otoño me ha tomado por sorpresa. El aire que circula es distinto. Me ha traído noticias buenas y promete mostrarme otras mejores. En este otoño se empieza a construir una historia nueva. Los muros de mi próximo hogar han llegado con el otoño. Un nuevo ciclo en mi vida fugaz comienza. Este otoño trae colores que me invitan a quedarme encerrada por siempre en los brazos de mi amante, del hombre que ha prometido amarme, del hombre cuyo misterio se encierra en sus iniciales Kafkianas y de Kandinsky. Ni Kundera lo habría dicho mejor. Este otoño es mágico, las hojas amarillas bailan y en su danza mística me han susurrado al oído. Me han dicho que una tesis está por culminar, un titulo de maestría llegará, el invierno con su gélido sol vendrá. Pero mientras esperaré con mi gabardina camel a que lleguen respuestas de museos, galerías, fundaciones, artistas, diseñadores, y otredades más. Sinatra canta otra melodía para mí y Gardel se esconde, exclusivamente, en la sección de baile. Este otoño borró las lágrimas de verano y proclama abrir la caja fotográfica de Pandora.
Por cierto, la moda otoño-invierno 2010 me ha encantado.


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De mi be-vida preferida,
Té de amores
martes, 12 de octubre de 2010
Goethe-Friedrich
El mero ver una cosa no nos activa. Todo mirar se convierte en un contemplar, todo contemplar en un pensar, y todo pensar en un enlazar, de tal manera que con sólo echar una atenta mirada al mundo teorizamos ya.
Johann W. Goethe
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Arte en serie
jueves, 7 de octubre de 2010
Fotografía erótica

En 1845 aparecen los primeros daguerrotipos, de pequeño formato, con motivos eróticos. Estos daguerrotipos mostraban de manera explícita el cuerpo desnudo de prostitutas, bailarinas o jóvenes anónimas. Tal vez, el mismo Louis Jacques Mandé Daguerre haya realizado la primera fotografía erótica al fotografiar las estatuas de yeso que hacían alusión a las tres gracias. A partir de ese momento hasta la fecha, la fotografía erótica ha causado polémica, ha sido odiado y amado, perseguido y adorado, ha dado mucha tela de donde cortar.
He aquí una pequeña lista de mis fotógrafos eróticos preferidos:
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