domingo, 28 de noviembre de 2010

Un domingo sin ti

Marcos Rey
Hoy comprendí la tristeza que te causan los domingos. Hay soledad y melancolía. El gélido viento quema mi piel mientras el sol raspa mi rostro. No hay ruido en las calles, los cafés cierran temprano, las personas se despiden y los besos vuelan…y aún no llegas. Este domingo ha sido muy triste sin tu presencia, sin tu sonrisa y sin tus ojos que roban caricias. Extraño tu voz, extraño tu risa, extraño tus bromas, extraño los maullidos, extraño nuestro domingo de pizza, así como, también, extrañé nuestro sábado de películas y de besos locos. Hoy es domingo y sólo he recibido una llamada tuya. Espero impaciente otro mensaje que me indique a qué hora regresaras y que me diga que me extrañas como yo te extraño a ti. Ayer caminé sola entre tanta gente, entre Coyoacán y Universidad, entre mis amigas y puestos de añillos y baratijas, entre recuerdos de un beso de despedida en la Condesa y la esperanza de que el mundo gire deprisa. Te extraño y el celular no suena y hoy es domingo y el silencio de tu cuerpo ausente me hizo pensar en cuánto te amo y espero con impaciencia el lunes y el martes y el miércoles y el jueves y el viernes y quiero verte pronto. Quiero enredarte entre mis piernas y no dejarte ir de nuevo. Te extraño y hoy es domingo. Un domingo triste sin ti. Te mando un beso y espero que mis pensamientos cubran tu cuerpo con mi aroma.

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