
Tengo una fuerte obsesión con los vampiros, la cual no surgió a partir de la ñoña y aburrida saga de Twilight. Sin embargo, mi obsesión puede ser un poco ñoña, ya que me gustan los vampiros ñoños, y no precisamente hablo de Edward Cullen, quien me parece el vampiro más aburrido y feo de los vampiros ñoños. Me gustan los vampiros sexis e inocentes como Louis de Pointe du Lac en Entrevista con el vampiro o Bill Compton de True Blood o, el más ñoño de los ñoños, Stefan Salvatore en The vampire diaries. Y es que, hay un cierto romanticismo en los vampiros "buenos" que es demasiado seductor. Lo sé y lo reconozco, tal vez, sean más sexis Damon Salvatore o Eric Northman. Sin embargo, creo que, la maldad y la bondad en un hombre y, sobretodo, en un vampiro son dos combinaciones perfectas. Me encanta saber que el hombre con quien estoy es un cabrón de lo peor, pero a la vez, es el hombre más dulce y tierno conmigo. Me encantaría robarle un beso a un vampiro, ser su musa, ser una Elena o una Sooki.
Además, me gustan los juegos de mordidas, por eso no dudaría en dejar pasar a un vampiro sediento a mi casa. Le suplicaría que me convirtiera en vampiro para morder todo cuello hermoso que se me presente, bañarme en el líquido sanguíneo de cualquier criatura hermosa y dejar mis dientes impregnados en su piel. 
Janne Pitkänen
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