
Después de una relación tan larga la llama se va apagando, algunos dicen que el amor madura y se trasforma en algo diferente. A mí no me gusta que la luz se esfume y sólo quede el mal olor de una vela ahogada en lo cotidiano. Después de todos estos años me queda el mal sabor de la nostalgia. Extraño aquellos años en donde una simple nota escrita sobre una servilleta me hacía temblar de pies a cabeza. Extraño las madrugadas para salir corriendo a una clase de inglés que se volvía en un día entero entre los brazos de Marte. Extraño a Khronos y algunas rosas que se marchitaban con el sudor de dos almas rompiendo los vientos de unas sábanas blancas. Extraño el no poder verte a diario, y no poder tomar café contigo por las mañanas. Extraño comer litros de helado de mango a tu lado, riendo a carcajadas. Por un momento quisiera empezar de nuevo, echar el tiempo atrás, y salir corriendo de mi casa para colgarme de tus brazos como una niña chiquita que corre a los brazos de su papá. Quisiera que nada flotara en la costumbre y que de vez en vez me vuelvas a escribir una carta. Que cuando me veas me saludes con un beso en la boca y no sólo con un “¡Hola! ¿Cómo estás?”, y cuando me vaya me estreches contra tu corazón y me pidas que no me vaya. Ya sé (y me lo has repetido mil veces) que eres un poco frío, ¿por qué te has vuelto más frío?, ¿será la costumbre?...Me dices que me amas, pero yo quiero sentirlo con una caricia, con una mirada, con un beso. ¡Carajo! ¿Por qué todas las parejas después de tanto tiempo dejan de sentir pasión? ¡Carajo! ¿Por qué te amo tanto y escribo estas tonterías?...¿será por el Café CORAZÓN?
No hay comentarios:
Publicar un comentario