
Pues bueno, he decidido retomar este espacio
bitácora-fantasía-virtual después de varios meses de haberlo abandonado. Que
¿Cómo pintan las cosas? Pues nada. Todo bien, todo mal. Como todo en la vida. Y
pues sí, me gusta escribirlo así, me gusta escribir así. Para no hacer el cuento tan largo, diré
que la vida me ha sorprendido con un cúmulo de sorpresas (sí, aunque sea redundante).
Unas buenas, otras malas. Como todo en la vida. Sigo siendo la misma queen
drama, y la misma persona, siempre diva, siempre dulce, siempre inquieta,
siempre intensa, siempre remolino, siempre soñadora, siempre té de menta,
siempre té caliente, siempre nieve de fresa, siempre piel de durazno, siempre
fantasma, siempre cítrico en las venas, siempre veneno, siempre color arcoiris,
siempre grano de azúcar en la sal, siempre aroma púrpura, con sangre y café en
las venas. A veces bien, a veces mal. Como todo en la vida. Mi trabajo me ha
costado; me ha costado dar clases de estética, de cultura visual y diseño
contemporáneo, y ahora de medios digitales; me ha costado la edición de grados
Celsius hasta un Fahrenheit de por medio; me ha costado en la curaduría, y en
el arte, y en las letras. A veces té caliente, a veces te frío. Como todo en la
vida. Me he enamorado de ti, de la vida y de mí. Envuelta en el país de Morfeo
me enamoré de un Zaragozano, me llevó al país de las maravillas y me tiro a los
suelos en un abrir y cerrar de ojos. Y
de nuevo, por un extraño número indescifrable, irreconocible para
cualquier ser humano, de veces, volví a tomar pastillas para no soñar y terminé
soñando con el que siempre viaja en mi maleta de deseos, con mi placebo
favorito. Como todo en la vida, a veces bien, a veces mal. Volví a beber de esa
bebida prohibida para mis entrañas, volví a empaparme de ese té afrutado que al
probarlo causa un revoloteo en mi paladar, pero que al final deja un sabor
semi-amargo. Una sensación de chile piquín en el plato de sopa. ¿Por qué les
gusta el chile piquín en la sopa, y en el spaghetti, y en el queso y en todo?
¿Será que yo prefiero sentir los sabores por separado? ¿Será que el sabor que provoca en mi boca se vuelve una droga vainilla-chocolate, de esas drogas
que sólo se curan con un poco de
ungüento para la piel? (Qué fea es la palabra ungüento- pero a veces le
va bien, a veces mal. Como todo en la vida) ¿Será que siempre viviré en un
eterno sueño, de esos que no quieres despertar por muy doloroso que sea? ¿Será
que ese té negro disloque mi camino cada vez que lo bebo? A veces así la vida,
a veces bien, a veces mal….y se nota como todo en la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario