sábado, 9 de febrero de 2013

¡Carajo, cómo me gustan los artistas!



Hay veces en la vida en las que uno necesita tocar fondo para darse cuenta de la mierda en la que se está caminando. Y por más señales que la vida te ponga enfrente, insistes e insistes en seguir topándote contra la pared. Pa ´colmo de mis males, está es la triste historia de mi vida, insisto e insito en tratar de verle las cosas buenas a la vida, verle el lado positivo a la gente. Sin embargo, ya llegué a mi límite, ya toqué fondo, ya estoy hasta el tope y hoy he gritado un millón de veces “¡al carajo!, ¡a la chingada todo mundo! (una disculpa a mi único lector, pero no mames, hoy sí tengo ganas de decir mil groserías y mandar a todo mundo al carajo. Sí al carajo y a la mierda y qué y qué y qué).
Sin embargo, siempre existen esos pequeños puñados de personas que te hacen ver las cosas de otra manera, personas que te dicen “con calma, respira profundo”. E incluso, existen esas personas que te sacan de la mierda y te dicen “con calma, respira profundo que yo ahorita te cuido”. ¡Bendito Dios que existen esas personas! Hoy, a pesar de haber pasado el coraje de m vida, una decepción, de esas que calan los hueso y le dan un putazo al ego, de esas que dices “¡puta madre, lo sabía!” (de nuevo, mil disculpas por mi hermoso y colorido lenguaje), aparecieron ese cúmulo de personas: mis amiguitos adorados, y por supuesto, no es porque los haga de menos, mi nuevo objeto de deseo, llamado V. Con él me doy cuenta, seriamente, que tengo un liguero problema con los artistas (mi único lector, ahí te va el breviario cultural: V es un artista con el cual estuve trabajando una temporada. Por suerte renuncié porque sino en este momento no seríamos lo que somos, si es que somos algo –llámese como se quiera llamar-). Volviendo al asunto, este tipo V, a pesar de mi enojo, de mi gripe mortal, de mi migraña y mi sueño roto, me ha hecho la noche. He pasado una vela excelente, en un lugar escondido de la ciudad. La charla ha sido maravillosa, el encanto de sus manos tomando mi cabello para atravesar la línea que separa el rose de unos labios rojos sedientos por probar el lenguaje de una tierra nueva. ¡Oh mi Dios!, ¡Oh dios!. Por un momento, todos mis sentimientos contenidos, mis enojos, mi tristeza se fueron borrando. Mi piel empezaba arder al descubrir su piel, una piel nueva, una piel suave y morena. ¡Carajo! ¿qué tienen los hombre de piel morena que me vuelven loca? ¡Carajo! ¿qué tiene los artistas qué siempre me llevan a las nubes con un solo rose de piel?...¡Carajo, llego a casa y vuelvo a emputarme! Veo un pinche coche blanco afuera de mi garage y digo ¡bendito dios por quitarme la “mierda” de los ojos!

2 comentarios:

  1. la vida te seguirá tratando como tu sigas tratando a tus objetos de deseo... como objetos en lugar de personas, de forma inconsciente, o como crees que te esté tratando la vida?

    por cierto me gusta tu blog :D

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  2. Se escribe "roce", viene del verbo rozar... saludos cordiales

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