
Acabo de tomarme un té chai con mi amiga Chai, mejor conocida como la chica de humo. Se le conoce por este nombre porque es fanática de los años 80 y porque le encanta la famosa canción de Emmanuel:
La chica de humo. Y creo que este nombre le sienta más que bien porque desde que entró a trabajar, la veo como una vez cada tres meses; es como una chica de humo que aparece y desaparece. Pero cuando aparece me la paso re-bien. Tomar un té con Chai es llegar a un punto en donde ya no puedes parar de reír a carcajadas, de repente llega la simpleza y es imposible parar. Esta chica de humo, también conocida como Dominga Domínguez, es una de mis mejores amigas. Aunque se esfume por una larga temporada, sé que puedo confiar en ella, y si tengo un problema ella está ahí para ayudarme. Con ella he pasado excelentes momentos. Antes era más divertido porque éramos colegialas y nos veíamos seguido para platicar, chismear, ver pelis, ir al cine, y beber unos tragos. Ahora es un poco complicado vernos porque ella es una workaholic y se ha vuelto de humo. Espero pronto volver a verla.
NOTA: Chai, ya sé que eres editora, pero te pido de favor ¡por fis, por fis! Que no critiques tanto este humilde espacio lleno de errores.
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