
A mi mano han llegado tres invitaciones. Cada una distinta, cada una envuelta en un soplo de viento, particularmente, diferente entre sí, pero no por ello opuestos. Son tres invitaciones que me han llenado de alegría y han traído noticias afrutadas. Una de las invitaciones llegó desde la India. Después de luchar por su amor, a pesar de las opiniones familiares y de sociedad, mi amiga Resh se casa en un par de semanas. Desafortunadamente no podré asistir a esta boda de Disney llena de alfombras que vuelan, lámparas mágicas con genios que cumplen deseos, henna y Ranis de seda. Sin embargo, estaré brindando, llena de felicidad, desde mi amada ciudad azteca por mi amiga Resh y Mikhail.
La otra invitación llegó con la noticia del nacimiento de Pablo, el hijo de mi amiga Yazmín y Enrique. Sí, efectivamente, estos chicuelos, como diría mi sacro-santa-madre, se comieron la torta antes del pastel y se casarán en diciembre. Por lo que, me preparo con el diseño de mi vestido azul y busco compañía digna de una dama para tan importante evento (se aceptan propuestas en el buzón de sugerencias).
La tercera invitación llegó por sorpresa. Mi otra amiga, Itzel, se casará en enero con su novio Pablo. Esta noticia me llenó de alegría, ya que Itzel ha sido mi amiga desde que Alf existía. Hemos pasado momentos inolvidables llenos de risa y tamagochis de por medio, y a pesar, de ciertos desacuerdos, siempre hemos sabido contar la una para la otra.
Estas tres invitaciones han ocupado mi lista de propósitos desde hace varios días:
a) Tengo que ponerme a dieta rigurosa de zanahorias y brócoli para lucir, no una figura esquelética, pero sí una figura moderadamente esbelta.
b) Tengo que salir y conocer más chicos para llevar una pareja que no sea mi primo.
c) Tengo que comprarme unos tacones nuevos.
d) Tengo que comprarme un vestido nuevo.
e) Tengo que comprarme el segundo diario de Anaïs Nin (esto no sé por qué me viene a la mente).
f) Tengo que aprenderme los pasos de timbiriche para subir al escenario.
g) Tengo que práctica el brinco receptor para el lanzamiento de ramo, que esperemos sea más o menos parecido a los Tulipanes de Jeff Koons.