viernes, 21 de octubre de 2011

Tulipanes de ensueño

Jeff Koons

A mi mano han llegado tres invitaciones. Cada una distinta, cada una envuelta en un soplo de viento, particularmente, diferente entre sí, pero no por ello opuestos. Son tres invitaciones que me han llenado de alegría y han traído noticias afrutadas. Una de las invitaciones llegó desde la India. Después de luchar por su amor, a pesar de las opiniones familiares y de sociedad, mi amiga Resh se casa en un par de semanas. Desafortunadamente no podré asistir a esta boda de Disney llena de alfombras que vuelan, lámparas mágicas con genios que cumplen deseos, henna y Ranis de seda. Sin embargo, estaré brindando, llena de felicidad, desde mi amada ciudad azteca por mi amiga Resh y Mikhail.

La otra invitación llegó con la noticia del nacimiento de Pablo, el hijo de mi amiga Yazmín y Enrique. Sí, efectivamente, estos chicuelos, como diría mi sacro-santa-madre, se comieron la torta antes del pastel y se casarán en diciembre. Por lo que, me preparo con el diseño de mi vestido azul y busco compañía digna de una dama para tan importante evento (se aceptan propuestas en el buzón de sugerencias).

La tercera invitación llegó por sorpresa. Mi otra amiga, Itzel, se casará en enero con su novio Pablo. Esta noticia me llenó de alegría, ya que Itzel ha sido mi amiga desde que Alf existía. Hemos pasado momentos inolvidables llenos de risa y tamagochis de por medio, y a pesar, de ciertos desacuerdos, siempre hemos sabido contar la una para la otra.

Estas tres invitaciones han ocupado mi lista de propósitos desde hace varios días:

a) Tengo que ponerme a dieta rigurosa de zanahorias y brócoli para lucir, no una figura esquelética, pero sí una figura moderadamente esbelta.

b) Tengo que salir y conocer más chicos para llevar una pareja que no sea mi primo.

c) Tengo que comprarme unos tacones nuevos.

d) Tengo que comprarme un vestido nuevo.

e) Tengo que comprarme el segundo diario de Anaïs Nin (esto no sé por qué me viene a la mente).

f) Tengo que aprenderme los pasos de timbiriche para subir al escenario.

g) Tengo que práctica el brinco receptor para el lanzamiento de ramo, que esperemos sea más o menos parecido a los Tulipanes de Jeff Koons.

sábado, 15 de octubre de 2011

Por fin otoño

Kandinsky

Tengo mucho café en las venas, y entre más café más nerviosa y más insoportable. La exposición de Madero se retrasa constantemente, no me preocupa el retraso mientras me sigan pagando, me preocupa que el estrés se apodere de mí, de R. Casanova y de Rueda. Tengo mucho café en las venas por lo que ahora tomo un té chai acompañada de Anaïs Nin mientras espero a la terrorista de Tessy y a la ochentera de Chai en un café de Michoacán cuyo nombre coincide con el té y con el apodo de mi amiga. Tal vez, a mi único lector no le importe en dónde carajos estoy como a mí no me importa dónde carajos está el resto de la gente que hace su check in en el feis y en el tuiter.

Pero a pesar del retraso de la exposición, todo marcha en orden. Logré sacar la póliza de seguro para poder hacer el acopio de obra. Eso me tiene bastante relajada. El clima en esta ciudad va mejorando. Por fin respiro los olores maples de mi estación preferida y Reforma se pinta de naranja cempasúchil. Me encanta esta época del año porque la gente camina bajo el sol con botas y bufanda; hace frío y calor, bipolaridad perfecta (como mi estado anímico). A pesar del estrés, del coraje provocado con la secretaria de relaciones exteriores y mi acta de nacimiento, de las ganas de tirar la toalla, de mi hermano que me habla todo el tiempo para pedirme dinero, de saber que el amortz tarda en tocar a mi puerta o si llega se va, realmente, este clima me pone de buenas. Me entusiasma la idea de beberme el otoño en bocanadas de sueños y nubes de ilusiones. El lunes Madero me espera con nuevas postales y una visita a la cámara de senadores; ardillas en mi oficina-castillo y un beso al aire para un desconocido.

domingo, 9 de octubre de 2011

Otoño lluvioso


Estos días de lluvia han impedido que el otoño pinte de maple las avenidas de esta conflictiva ciudad. Los colores mágicos de esta corta estación se han encerrado en tormentas que nublan la visión e impiden ver más allá. Recorrer las calles bajo la lluvia en otoño, realmente, me hacen entristecer. Ciertamente la inspiración no ha regresado, no sé si regresará, no sé si alguna vez fue mía. Por lo pronto me encuentro con un poco de belleza clásica:

LLueve en mi corazón Il pleure dansmon coeur

Como llueve sobre la ciudad comme il pleut sur la ville.
¿Qué es esta tristeza
Quelle est cette langueur
que penetra mi corazón?
quipénètre mon coeur?


¡Oh ruido dulce de la lluvia
Ohbruit doux de la pluie

por tierra y sobre los techos! par terre et sur les toits!

por un corazón doliente pour un coeur qui s'ennuie.

¡Oh el canto de la lluvia! Oh le chant de la pluie!

LLora sin razón
Il pleure sans raison
en ese corazón que se descorazona
dans ce coeur qui s'écoeure.
¿Qué? ¿Ninguna traición?
Quoi! nulle trahison?

Este duelo sin razón Ce deuil est sans raison.


Es seguro la peor pena
C'est bien la pire peine

de no saber porqué de ne savoir pourquoi
sin amor y sin odio
sans amour et sanshaine

mi corazón tiene tanta pena mon coeur a tant de peine

Paul Verlaine

Caravaggio

Rossetti

Botticelli