sábado, 23 de julio de 2011

Sangre, simplemente sangre


Mi artista (¡carajo, ya descubriste que te digo mi artista!) me recomendó una gran peli dirigida por Zhang Yimou, director de la Casa de los cuchillos y Héroe. Bajo un hermoso choque de tonalidades cálidas y frías, el remake de Sangre fácil (Blood simple) relata de la manera más bella y cómica el adulterio, la venganza y la muerte de sus protagonistas. Escondidos en un desierto montañoso de China, Wang y su esposa desencadenan una serie de tragedias provocadas por sus inseguridades, ambiciones, debilidades, engaños y misterios. Wang descubre que su esposa le es infiel con uno de sus empleados, el tímido e inseguro Li, por lo que decide contratar a Zhang, un policía hábil y corrupto, para matarlos y saciar su sed de venganza. La ingenuidad y torpeza de algunos de sus protagonistas desencadenan una maraña de enredos en donde sólo el espectador sabe lo qué sucede. Zhang Yimou echa mano del paisaje y la geografía a la hora de enriquecer el relato y baña de colores rojo, azul y café los escenarios montañosos de este gran film. Sangre, simplemente sangre nos deja ver las ironías de la vida y nos muestra la delgada línea entre lo moral y lo inmoral.

Los grandes momentos de este film: la preparación de la masa para los fideos, las montañas teñidas de rojo a manera de sangre, y su final.

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